martes, 26 de enero de 2016

Ludopatía y nuevas tecnologías.

  
La tecnología avanza a pasos agigantados a nivel mundial y cada día es más asequible para todos. La medicina, el transporte, la comunicación, etc. Todo ha mejorado enormemente gracias a ella, somos más rápidos y productivos en el trabajo, nos facilita la organización de nuestra vida social y pone a nuestro alcance todo tipo de entretenimiento.
Hoy en día es más fácil salir de casa sin ponerse los zapatos, que sin el smartphone de última generación, portátil, tablet o una mezcla de alguno de ellos; sin los zapatos notaríamos molestias en los pies, pero sin nuestro terminal con el que estar continuamente conectados, nos encontramos perdidos totalmente, aislados de todo y de todos.


La tecnología ha aportado grandes y buenas cosas, eliminando las distancias en la comunicación entre las personas; en estos momentos se está localizable continuamente,… en algunas ocasiones incluso más de lo deseable. La obsesión (en algunos casos rayana a la adicción) que nos invade es tal, que si a lo largo de unos minutos no suena un tono de aviso de algún mensaje o llamada, nos ponemos tan nerviosos e impacientes, que no tardamos en echar un vistazo para ver qué pasa.

Entre todas esas cosas que ha traído la tecnología, se encuentra la proliferación de casinos y páginas de apuestas online, con una publicidad constante e invasiva, que debido a su rápido acceso y un control digamos un tanto escaso, ha propiciado un rápido aumento en el número de ludópatas. Esta forma de juego es más difícil de controlar si cabe,
puesto que ya no se necesita de un desplazamiento a un lugar y hora determinado, desde cualquier sitio y durante las veinticuatro horas del día, todo aquel que quiera, con el simple hecho de tener acceso a una tarjeta de crédito y ser mayor de edad, (o fingirlo) puede jugar o realizar su apuesta; todo esto unido además a una sensación de privacidad, que ofrece al ludópata una mayor seguridad, al no tener que dar la cara, ni explicaciones a nadie, por lo menos hasta no hundirse tanto en el juego que no tenga otra salida más que decir lo que pasa, o por supuesto hasta ser descubierto por alguien.

Por fortuna no todo es malo en el binomio ludopatía - nuevas tecnologías. Internet, también puede ser un buen recurso a la hora de buscar información y ayuda, para tratar de salir de esta adicción. En Internet, existen muchos blog y foros (este por ejemplo) donde encontrar esa ayuda a poco que se busque. Estos sitios, ofrecen  información sobre la ludopatía, qué es y cómo tratarla, listados de las asociaciones de autoayuda y cómo encontrarlas, para facilitar el contacto con ellas, un primer contacto entre ludópatas o gente interesada en el tema, por tener algún conocido más o menos cercano a ellos y además, también cumplen una buena función para todos aquellos que no dispongan de una asociación en su lugar de residencia.

Estos grupos que se mantienen en contacto a través de la web, o mensajes tipo whatsapp,
pueden desarrollar una buena labor y ser beneficiosos para todos, siempre y cuando se les utilice con la debida precaución, en caso contrario pueden dar lugar a malos entendidos y crear un cierto caos, a la hora de contrastar la información trasmitida, en algunos casos contradictoria, o confusa. Por eso en mi opinión y siempre que se tenga la posibilidad, nunca deben sustituir a las asociaciones, o a la ayuda profesional, sino más bien complementarla.
Hasta pronto.

jueves, 21 de enero de 2016

Cerrar los ojos a la realidad.


Cerrar los ojos a la realidad y tratar de engañar a todos empezando por uno mismo, es más frecuente de lo deseable en esta enfermedad.

Cuando alguien no afronta los hechos, no atendiendo a razones y desatiende ofertas sinceras de ayuda que se le tienden, lo lógico es que todo le vaya de mal en peor. Es sabido que la unión hace la fuerza, pero sin embargo unas veces por vergüenzas y remordimientos absurdos, otras por querer salirnos con la nuestra cueste lo que cueste y otras por vaya usted a saber qué, el caso es que nos complicamos la vida sin necesidad. Con lo fácil que resultaría hacer caso de quienes ya han pasado por algo así antes que nosotros, pero claro para eso habría que reconocer que nos hemos equivocamos al no cumplir las medidas preventivas. Medidas que si están ahí, es por algo más que por tratar de fastidiar a nadie con prohibiciones absurdas, solo porque sí.

Resultaría muy raro encontrar algún adulto a quien le gustase que otra persona le controlase hasta los más mínimos gastos, con quién se relaciona, en qué emplea su tiempo y así con casi todo el resto de sus actividades. Es comprensible que en ciertos momentos quien está siendo controlado, se sienta estresado y hasta agobiado, pero por desgracia en ciertas circunstancias algo así es necesario. La ludopatía es una de ellas; un ludópata cuando empieza la rehabilitación de su adicción, para ciertas cosas es como un recién nacido, que necesita que alguien vele por él. Alguien que ponga la sensatez y fuerza de voluntad, que la adicción absorbe cual agua derramada en las ardientes arenas del desierto.
¡Lo tengo todo muy claro! ¡No me pasa nada! ¡Sé lo que quiero! Y bla, bla, bla; son expresiones que se dicen con frecuencia en las reuniones de grupo, ¡Estoy genial!... Si claro, eso sería bueno si no fuera porque también con frecuencia quienes más usan esas expresiones, son aquellos que menos tiempo llevan asistiendo a las reuniones y quienes a la más mínima oportunidad o disculpa, como un partido de fútbol o cualquier otra excusa, rápidamente la aprovechan para dejar de ir. Ese es uno de los mayores problemas con los que se puede topar en las asociaciones, la falta de concienciación de algunos de sus integrantes más recientes.
No asumir que la ludopatía es más peligrosa de lo que vista desde fuera puede parecer, lleva a que no se sepa apreciar la importancia de saber priorizar las cosas. Qué si te gusta, ver un partido de fútbol en tu tiempo libre no es malo, no lo discute nadie, es más, se ánima a la gente a ocupar el tiempo libre en realizar actividades y hobbies que les gusten y relajen, siempre y cuando claro está no tengan nada que ver con el juego de azar y las apuestas. Pero incluso eso a lo que se ánima, se tiene que realizar con mesura y sin quitar tiempo a cosas más importantes y amigos míos… ¡Para un ludópata no existe nada más importante que su rehabilitación!
Si alguien se encuentra en una situación parecida, que recapacite, que no pasa nada.

¡Ánimo! Que por algo se dice que rectificar es de sabios.

Hasta pronto

domingo, 10 de enero de 2016

Cambio de hábitos y costumbres... ¿Solo por parte del enfermo?


 

Cuando hablamos de un cambio en los hábitos y costumbres como medida necesaria para una buena rehabilitación del ludópata, quienes pretendemos brindarles nuestro apoyo y ayudarles en su rehabilitación, no debemos cometer el error de pensar que solo el enfermo debe poner de su parte.

 
Existen muchas cosas en las que los familiares pueden intervenir activamente, para canalizar esa ayuda sin centrarse solamente en el control económico y social del ludópata, algo que ya de por sí, conlleva cambios por parte del familiar. Una de esas cosas, es evitar en lo posible la práctica de cualquier actividad relacionada con el juego de azar y las apuestas, delante del ludópata incluyendo en ello, comentarios acerca de nuestra actividad en lo referente al juego, o en que emplearíamos las ganancias de un hipotético premio. ¿Por qué es beneficiosa una actitud así por parte del familiar? Porque con ella está expresando su solidaridad con el enfermo, a la hora de no estimular en el enfermo, su mente fantasiosa (característica común en muchos ludópatas), a la vez que no provocarle cierta envidia con una actividad que ha quedado fuera de su alcance.
 

Es cierto que en la sociedad actual, todos vivimos rodeados por el juego en nuestra vida cotidiana, esto es así y por desgracia la tendencia es a más, no estando en manos de una persona en particular poder evitarlo, a menos que se encierre en una habitación oscura, sin comunicación alguna con el exterior. Pero también es cierto que si las opciones personales que tenemos, no las aprovechamos por pequeñas que puedan parecer a priori, no estaremos haciendo correctamente lo que en principio nos habíamos propuesto, como es el ayudar y estimular a nuestros seres queridos, en su rehabilitación de la ludopatía.

Hasta pronto.

lunes, 4 de enero de 2016

Nuevo casino en Valladolid.



Después de tanto tiempo sin publicar nada en el blog (en el foro sí), la apertura del nuevo casino en pleno centro de Valladolid me ha incitado a escribir una nueva entrada.
Y es que después de leer las noticias publicadas al respecto en la prensa, veo que una vez más, la gente con problemas de ludopatía y sus familiares, vuelven a ser tratados como invisibles por quienes tienen presumiblemente la misión de informar y por supuesto, por todos aquellos que amasan grandes fortunas a costa del juego.
No paran de ensalzar los ciento y pico puestos de trabajo generados con el nuevo casino, que lo cierto es que no se si realmente serán tantos, puesto que supongo entre ellos se contarán muchos de los que ya había en el antiguo emplazamiento del casino en Boecillo, con lo que de ser así, no serían tantos los nuevos puestos de trabajo generados. Eso sí, por el contrario con dicho cambio de emplazamiento, al estar ahora en pleno centro de la ciudad, los beneficios para los promotores del casino, serán mucho mayores al evitar desplazamientos por carretera a quienes viven en Valladolid capital en vez de en Boecillo.

En alguna de esas noticias de prensa (supongo que para tratar de lavar sus conciencias), han citado la frase “juego responsable” como si con eso ya estuviese todo claro en lo referente a los múltiples peligros, que se está provocando debido a tanta publicidad engañosa (o al menos incompleta) que se proporciona sobre el juego de azar y apuestas; en la que se da a entender o poco menos, que quien no
juega o apuesta, nunca conseguirá cumplir sus sueños, se quedará estancado en una posición social pobre y todo su entorno que si juega, tendrá grandes beneficios, lo pasara genial y se codeara con lo mejor de lo mejor.

Sin embargo e imagino que por descuido (porque yo no soy mal pensado, jejeje) se han cuidado y siguen cuidando, muy mucho, de explicar los severos perjuicios que el juego conlleva para todos aquellos que siguiendo esos consejos de diversión y ganancias fáciles y sin límites, poco a poco han caído, caen y ahora con mayor motivo debido al acercamiento seguirán cayendo en mayor cantidad en las garras de la ludopatía, una adicción sin corazón alguno, que destroza todo aquello que toca.

Adicción muy difícil y larga, muy larga de tratar, que no solo fulmina a quienes la padecen, también a todos quienes les rodean, hasta ser capaces de encontrar una solución.
Solución que al ser la ludopatía, una adicción crónica, progresiva y recurrente, se limita a trabajar en una buena rehabilitación, puesto que como ya he dicho es una adicción crónica, lo que implica que a día de hoy, no tiene cura definitiva.

Es posible, que si se diese mucha más información al respecto y al igual que con el tabaco, se prohibiera su propaganda en los medios de comunicación, que nos invaden a todas horas con ella, otro gallo cantaría. Curiosamente y a la par que el juego, también han crecido de forma exponencial, los anuncios de préstamos rápidos y sin papeleo (otro timo por el estilo) con poca o nula información y parecida propaganda. Supongo que a más de uno, al igual que a mí, se le habrá ocurrido pensar en el gran cóctel explosivo que forman juego y créditos rápidos juntos ¿verdad? ¡Pues al parecer a nuestros políticos, que supuestamente son quienes tienen que vigilar para hacerlos más seguros, se les ha pasado por alto! Se escudan para ello en no querer coartar nuestras libertades y el derecho que los mayores de edad, tienen para tomar sus decisiones por cuenta propia. En cambio, no tienen reparos en hacerlo en otras muchas cosas y siempre con fuertes multas… ¡¡¡Maldito dinero!!!

Manteneros siempre alerta con el juego, porque es posible que divierta a algunos,… pero lo que es seguro es que siempre ganan los mismos.
Hasta pronto.