viernes, 8 de abril de 2016

¿Seguro qué se tiene todo claro?




No tener las cosas claras cuando se ingresa en una asociación, o al poco tiempo de haberlo hecho, es algo que además de frecuente, se podría calificar de normal por varias causas: No haber asumido aún que se es ludópata, falta de información, miedo a lo que vendrá a partir de ese momento, desacuerdo con las normas de conducta o medidas preventivas que expone la asociación a la que se asiste… etc.




Por lo general, después de un periodo más o menos largo dependiendo de cada individuo, se va asumiendo la verdadera situación, se van abandonando las fantasías y se aceptan las normas por deseo propio y no por imposición. Es a partir de ese momento, cuando se puede decir que empieza la verdadera rehabilitación propiamente dicha, el tiempo transcurrido desde el ingreso hasta ese momento de aceptación, se le puede calificar como un periodo de abstinencia más o menos largo.

En dicho periodo de abstinencia, al no haber asumido aún la adicción y sus consecuencias al cien por cien, que surjan ciertas dudas entre lo que es bueno o malo para una correcta rehabilitación, el por qué y hasta donde se tiene que llegar en el cumplimiento de las medidas preventivas, hasta que punto mantener un pensamiento y actitud favorable, negativa, o pasiva, condiciona la rehabilitación y el tiempo necesario para alcanzar paso a paso, pequeñas metas,…  etc. también podría calificarse de lógico.

Cuando cuesta ver la lógica a una actitud similar, es cuando la persona que cuestiona ciertas medidas preventivas de repente, resulta que lleva mucho tiempo en una asociación, integrado en ella, participando, cumpliendo las medidas preventivas, poniendo de su parte por dejar el juego atrás, ¡Zas! tras una recaída, en la que juega a un juego de azar que es distinto al que le llevó hasta la asociación, en vez de asumir que lo ocurrido es una recaída en toda regla (aunque no se mantenga en el tiempo) en vez de asumirlo y esforzarse para que algo así no vuelva a suceder, se esfuerza en tratar de sugestionarse a sí mismo y a quienes le rodean, diciendo que eso no le va a afectar para nada y que ha sido un mero entretenimiento sin importancia.
El observar una actitud así, hace pensar que tal vez y a pesar del tiempo pasado en la asociación, esa persona, aún no tiene las cosas tan claras como debería. La ludopatía es una adicción muy fuerte y peligrosa, por eso, no tratar el juego con la prudencia que se merece es correr mucho riesgo, sobre todo si quien comete la torpeza de hacer algo parecido es un ludópata por muy supuestamente rehabilitado o en rehabilitación que esté, sin importar cuanto tiempo lleve en abstinencia, ni cuán rehabilitado se crea; puesto que es más que posible que no esté tanto como él mismo considera.

«Ser prudente y no correr riesgos innecesarios, también es una gran medida preventiva.»

Hasta pronto.