sábado, 5 de julio de 2014

Cambio de hábitos y costumbres.




Tratado el 17/12/2013.

El sábado pasado hablamos sobre la necesidad de cambiar los viejos hábitos, que arrastran al ludópata irremisiblemente al juego una y otra vez. La verdad es que llama la atención ver lo empecinados que están algunos en resistirse a cambiar las conductas que saben a ciencia cierta por mucho que lo nieguen, que son contraproducentes para ellos, puesto que les incita en el mejor de los casos a tener el juego presente en sus cabezas y en el peor a una recaída.

 Si se les dice que no es conveniente para ellos, manejar más dinero de forma habitual, que el estrictamente necesario para tener sus necesidades básicas cubiertas… rápidamente salen con el “por si acaso,” si se les dice que no es conveniente que frecuenten lugares donde haya juego…  que solo entran para leer el periódico o tomar un café, tres cuartos de lo mismo pasa con lo de ser sincero y transparente… que si me da vergüenza… que si no me van a entender… que si patatín y patatán, el caso es poner pegas y más pegas, a todas sugerencias que se les hace desde la experiencia de haber pasado por situaciones semejantes; como si no hubiesen comprobado ya en ocasiones anteriores por ellos mismos, la veracidad de estas recomendaciones.
Además de todo eso se cuenta con un factor que puede llegar a ser letal tanto para los enfermos como para los familiares
«el exceso de confianza»
Confiarnos en exceso hace que se baje la guardia y que de hacer algún cambio se realice de forma parcial, algo tremendamente peligroso tal y como hemos dicho antes.

En conclusión:
Si hemos decidido dejar el juego atrás, salir de esa forma de vida miserable que la adicción al juego nos hacía llevar y para ello acudimos a una asociación de autoayuda ¿por qué no lo hacemos con todas sus consecuencias de una vez por todas, siguiendo las instrucciones que en ella nos enseñan?

Hasta pronto.

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