Cerrar los ojos a la realidad y tratar de engañar a todos
empezando por uno mismo, es más frecuente de lo deseable en esta enfermedad.
Resultaría muy raro encontrar algún adulto a quien le
gustase que otra persona le controlase hasta los más mínimos gastos, con quién
se relaciona, en qué emplea su tiempo y así con casi todo el resto de sus
actividades. Es comprensible que en ciertos momentos quien está siendo
controlado, se sienta estresado y hasta agobiado, pero por desgracia en ciertas
circunstancias algo así es necesario. La ludopatía es una de ellas; un ludópata
cuando empieza la rehabilitación de su adicción, para ciertas cosas es como un recién
nacido, que necesita que alguien vele por él. Alguien que ponga la sensatez y
fuerza de voluntad, que la adicción absorbe cual agua derramada en las ardientes
arenas del desierto.
¡Lo tengo todo muy claro! ¡No me pasa nada! ¡Sé lo que
quiero! Y bla, bla, bla; son expresiones que se dicen con frecuencia en las
reuniones de grupo, ¡Estoy genial!... Si claro, eso sería bueno si no fuera porque
también con frecuencia quienes más usan esas expresiones, son aquellos que
menos tiempo llevan asistiendo a las reuniones y quienes a la más mínima oportunidad
o disculpa, como un partido de fútbol o cualquier otra excusa, rápidamente la
aprovechan para dejar de ir. Ese es uno de los mayores problemas con los que se
puede topar en las asociaciones, la falta de concienciación de algunos de sus
integrantes más recientes.
No asumir que la ludopatía es más peligrosa de lo
que vista desde fuera puede parecer, lleva a que no se sepa apreciar la
importancia de saber priorizar las cosas. Qué si te gusta, ver un partido de
fútbol en tu tiempo libre no es malo, no lo discute nadie, es más, se ánima a
la gente a ocupar el tiempo libre en realizar actividades y hobbies que les
gusten y relajen, siempre y cuando claro está no tengan nada que ver con el
juego de azar y las apuestas. Pero incluso eso a lo que se ánima, se tiene que
realizar con mesura y sin quitar tiempo a cosas más importantes y amigos míos… ¡Para
un ludópata no existe nada más importante que su rehabilitación!
Si alguien se encuentra en una situación parecida, que
recapacite, que no pasa nada.
¡Ánimo! Que por algo se dice que rectificar es de sabios.
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