jueves, 10 de octubre de 2013

Logros y preocupaciones desde que se deja de jugar.


Tema amplísimo, al igual que la mayoría por otra parte, y que da para comentar largo y tendido tanto al enfermo como al familiar.
Por supuesto en este tema incurren muchos factores, tales como el tiempo transcurrido desde la última etapa de juego, si se están haciendo las cosas bien y si eso se hace por uno mismo y no por cumplir las apariencias y contentar a los demás.
Por mi parte como familiar y tras casi seis años en los que mi esposa por fin se ha tomado la enfermedad en serio, muchas de mis aspiraciones al ingresar en una asociación se han cumplido. El primer logro por supuesto ha sido que dejara de jugar y fuese capaz de mantener tal cosa en el tiempo, no como en ocasiones anteriores, en las cuales como no estaba realmente convencida de quererlo dejar por ella misma en primer lugar, después de conseguir que las cosas se fueran difuminando con el tiempo, a la más pequeña dificultad o traspié, volvía a las mismas costumbres adquiridas en tiempos pasados, que yo empezaba a creer superados. Detrás de ese logro y no menos importantes por ello, han ido viniendo encadenados muchos más, un alza importante en la confianza, una tranquilidad, mucho tiempo añorada, una mayor atención a los hijos…, en fin, toda una serie de acontecimientos por los que toda la unidad familiar, pero sobre todo ella, ha trabajado durante todo este largo tiempo. ¿Qué ha costado mucho conseguir lo logrado hasta ahora? Por supuesto, muchísimo; a todos en general. Cada uno de nosotros hemos puesto nuestro pequeño granito de arena y poco a poco con esos pequeños granitos vamos alcanzando nuestro oasis particular, esperemos que este no vuelva a convertirse nunca más en un gran y árido desierto.
Preocupaciones, pues en parte esa misma, el temor a tiempos pasados, puesto que aunque la confianza va creciendo a medida que se trabaja en ella y pasa el tiempo con resultados positivos, será complicado que algún día vuelva a estar en los niveles de antes del juego y todas sus desastrosas consecuencias, dejando la incertidumbre del "esperemos que nunca más volvamos a las andadas". Aparte de eso y como es normal las propias de la vida en general pero desde luego no a causa de la ludopatía, puesto que si seguimos como hasta ahora, cumpliendo las medidas preventivas ¿por qué habría de irnos mal con respecto al juego?
Ahora bien si tan solo nos acomodamos a vivir con lo justo y no se tiene aspiraciones a más, difícilmente conseguiremos algo más allá que cercenar nuestro porvenir haciéndolo pobre e insulso, sin motivación alguna en lo que nos pueda deparar la vida tanto personal como socialmente.

Hasta pronto.

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