jueves, 14 de marzo de 2013

Conocimiento de la ludopatía y métodos individuales para combatirla.


Ludopatía o juego patológico, es la pérdida del control de los impulsos al juego de azar.
Es fundamental para todo/a ludópata que quiera rehabilitarse, informarse y conocer la ludopatía, no solo padecerla. Al igual que con cualquier otra enfermedad el enfermo debe buscar la máxima información posible de su enfermedad, para lo cual el mejor camino es acudir a una asociación, un profesional, leer estudios o cualquier tipo de información relacionados con su enfermedad, o una mezcla de esos caminos. Eso sí, se debe tener mucho cuidado en contrastar esa información, sobre todo si esta viene de internet a trabes de foros de debate o blogs que traten del tema, como este por ejemplo. Lo que aquí escribo no deja de ser más que mi opinión basada en la propia experiencia como familiar, y la de otros compañeros que hacen lo propio con ánimo de prestar una ayuda y servicio para quien lo pueda necesitar.
Los síntomas que esta enfermedad suele producir son: una gran cantidad de mentiras, desde el acto más grave hasta el más pequeño o sin importancia (el ludópata suele ser un/a mentiroso/a compulsivo) irritabilidad constante, prepotencia, abandono personal tanto de higiene como de obligaciones (sobre todo a nivel familiar,) y un largo etcétera, que suele estar vinculado a estar abstraído/da en el mundo del juego (conseguir dinero, jugar, tapar las trampas y volver a empezar).
Son capaces de mantener en secreto su enfermedad durante largo tiempo, pese a que muchas veces ese secreto es conocido por mucha más gente de la que creen (vecinos, amigos, familia, compañeros de trabajo) gente que a pesar de saber que algo pasa, tal vez no son conscientes de la magnitud del problema, ni se atreven a intervenir en el.
Durante el tiempo que un ludópata está en activo, generalmente intenta por sus propios medios dejar el juego, sin ser capaz de conseguirlo. Esto ocurre por culpa de su adición y también por intentarlo empleando métodos “caseros” cómo pueden ser, el intentar controlarse ellos mismos el dinero y sus gastos, dejar un tipo de juego que consideran peligroso pero continuar con otros supuestamente menos perjudiciales, reducir la cantidad y tiempo de apuestas… Pero estos remedios no suelen dar el fruto esperado, por falta de perseverancia en ellos pero sobre todo porque o bien aun no son conscientes de su enfermedad, o porque desconocen lo que ella implica.
Una vez que se entra en una asociación, la cosa debe cambiar radicalmente, cumpliendo con todas sus normas a rajatabla, y sobre todo aprendiendo todo lo posible en relación con la enfermedad, ya que cuanto mejor la conozcamos mejor podremos combatirla. Ya no tendremos que experimentar con remedios caseros que nos llevarán a desviar nuestra atención de lo que realmente funciona, las enseñanzas del grupo.
Hasta pronto.

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