domingo, 26 de mayo de 2013

Control de los impulsos hacia el juego.



Nuestro cerebro es el centro de mando para todas las actividades del ser humano, desde él se controla todo lo que hacemos, los movimientos, pensamientos, ilusiones, recuerdos… y también los impulsos hacia el juego. Es como si se tratase de un fantástico emisor de señales de televisión, cuando este está bien programado las imágenes y sonido que capta nuestro receptor son claras y precisas. Pero si por alguna razón alguna de sus frecuencias se distorsiona ese canal no se vera y oirá correctamente.

Algo similar ocurre con el control del impulso hacia el juego, cuando este funciona correctamente no presenta problema alguno a la hora de decidir cuándo, dónde, cómo y cuánto jugar, es lo que se denomina jugador social.

En cambio si su funcionamiento es irregular pasa a ser incontrolable, en mi modesta opinión es algo genético, lo cual no quiere decir que tenga que ser también hereditario, y también exponencialmente incremental, quien tenga este control distorsionado cuanto más juega más necesidad tendrá de seguir jugando en una espiral sin fin, este comportamiento es el denominado ludopatía. Pero si el control funciona correctamente el contacto con el juego por mucho que este sea no tiene porque suponer problema alguno, como podría ser el caso de los jugadores profesionales o gente que vive en el mundo del juego pero nunca pierde el control de lo que quiere y cuando decir basta.

Una vez perdido el control ya no hay vuelta atrás, el ludópata NUNCA volverá a poder ser jugador social y en el siguiente contacto con el juego irremediablemente volverá a perder el control, por mucho tiempo que haya pasado desde su último episodio de juego.
Posiblemente si este nuevo contacto con el juego ocurre, el ludópata intente autosugestionarse con una falsa idea de autocontrol, diciéndose a sí mismo “ves he jugado y no ha pasado nada” pero realmente no será así en su cabeza habrá empezado a germinar de nuevo la semilla del juego, con un crecimiento imparable que concluirá en un nuevo brote de juego sin control alguno, que será seguramente mayor que el anterior por ir acompañado de fuertes sentimientos de culpa que harán más difícil la búsqueda de una solución, o pedir ayuda a los demás.

Actualmente no existe cura alguna para la reparación de está disfunción, quién sabe si en el futuro con tantos avances como existen en la medicina genética, alguien descubra la manera de reemplazar la neurona, gen o lo que demonios sea que lo cause. Pero a día de hoy el único remedio comprobado que existe para detener que no curar la enfermedad son las sesiones de terapias impartidas por asociaciones, profesionales o una mezcla de ambas, donde se enseñan una serie de medidas o normas de conducta indispensables para que un ludópata pueda mantener alejado y controlado el impulso hacia el juego y la ABSTENCIÓN TOTAL DE TODO TIPO DE JUEGOS DE AZAR.

Hasta pronto.

5 comentarios:

  1. Reducir el problema del juego a una mera disfunción biológica ES UN ERROR, y se le llama "reduccionismo". No existe ninguna disfunción, alteración o daño en el cerebro de los jugadores patológicos por mucho que algunos se empeñen, y aunque se intenten utilizar psicofármacos para paliar esa supuesta disfunción, en realidad NINGÚN estudio ha obtenido pruebas positivas y evidencias indiscutibles. Jugar patológicamente no es fruto de los genes, ni de una región del cerebro alterada, ni de una alteración global. El cerebro del juegador hace su trabajo como HA APRENDIDO A HACERLO, pero no sigue unos patrones de pensamiento racional correctos como hacen los jugadores sociales. El fantaseo con el juego, con ganar, con obtener el dinero anhelado, no es una disfunción cerebral, es un DESEO HUMANO erróneamente sobrevalorado por el jugador. Además, no se debe confundir DESEO e IMPULSO, son dos conceptos totalmente diferentes. De hecho, el deseo puede llevar al impulso aunque el impulso puede surgir sin deseo una vez que la conducta SE HA AUTOMATIZADO.
    El problema del juego abarca el ámbito conductual, el emocional, el cognitivo, el familiar y especialmente el social, pero DE NINGUNA MANERA ha de reducirse al terreno biológico, porque ahí sí que NO SE ENCUENTRA ni se va a encontrar nunca. ¡Que los árboles no impidan ver el bosque!

    ResponderEliminar
  2. ¡Pues una vez en una película de ciencia ficción decían algo parecido!

    Hola Santos. Bromas a parte ¿Ves como no puedes estar tanto tiempo sin supervisarme? Me dejas solo me crezco y pasa lo que pasa.
    A lo que me refiero al hablar de genes (algo en lo que mi experiencia como fontanero como ves no ha valido de mucho) es al recurrido chip que se suele nombrar en las reuniones de grupo eso del tipo “se me encendió el chip y…” o “se me cruzaron los cables y…” Por lo visto a mí, lo que se me ha cruzado ha sido algún gen que otro. Supongo tienes razón al decir “No existe ninguna disfunción, alteración o daño en el cerebro de los jugadores patológicos por mucho que algunos se empeñen, y aunque se intenten utilizar psicofármacos para paliar esa supuesta disfunción, en realidad NINGÚN estudio ha obtenido pruebas positivas y evidencias indiscutibles.” Aunque a esa frase tal vez le falte añadir “por el momento o a día de hoy” ya que pruebas de errores mayúsculos incluso entre científicos y gente altamente cualificada en distintos campos del saber, ha habido y habrá. Incluso colegas tuyos discrepan con esa afirmación y utilizan parte de su tiempo en realizar estudios al respecto, algo que podría hacer pensar que las cosas no están nada claras al menos por ahora.

    21/03/2006- Según Donald W. Black, autor del estudio y catedrático de psiquiatría de la Universidad de Iowa (EE UU).
    El demostrar que la ludopatía viene de familia es el primer paso para dar con el gen o los genes que originan el trastorno, y Black espera que esta investigación lleve a estudios de genética molecular sobre la ludopatía. Además, cree que ayudar a los pacientes a comprender que la ludopatía es hereditaria contribuirá a que rompan el ciclo.
    "En estas familias se transmite algo que aumenta la probabilidad de que la persona adquiera una conducta impulsiva y, en última instancia, autodestructiva. En algunos casos se manifiesta con un abuso de sustancias; en otros, con una conducta antisocial, y en otros, con la ludopatía, y frecuentemente se mezclan las tres cosas", señala Black, que ha estudiado la ludopatía durante los últimos ocho años.

    08/11/2010- La adicción al juego por apuestas podría ser hereditaria, concluye un novedoso estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Missouri-Columbia y difundido por HealthDayNews.
    "Este estudio representa un importante paso, ya que establece por primera vez que los genes son importantes en la etiología de los trastornos del juego por apuestas", dijo Wendy S. Slutske, de la Universidad de Missouri-Columbia a la revista Archives of General Psychiatry.
    "El descubrimiento de los genes y ambientes específicos que tienen que ver con el desarrollo de la ludopatía sigue siendo una importante dirección para investigación futura", subrayó Slutske.

    16/03/2012- “El problema no está en los juegos sino en el uso que se les da”, señala el psicólogo y director del instituto Guestalt de Lima, Manuel Saravia Oliver. Que asegura “Existe un factor genético que puede originar la ludopatía. Estas personas presentan una personalidad adictógena que los predispone a desarrollar cualquier tipo de adicción a lo largo de su vida; sin embargo existen ciertos factores que pueden ayudar a identificar esta personalidad para estar prevenidos”

    Como ves existen opiniones al respecto en las dos direcciones y supongo que el tiempo dará la razón a quien la tenga.
    Por otra parte y mientras eso ocurra espero verte por aquí más frecuentemente ya que a nivel personal agradezco tus acertados comentarios y correcciones, que tomo en cuenta y son altamente interesantes y educativas. Un poco de tú tiempo nos seria útil a todos los visitantes del blog y te doy las gracias por adelantado por ello.
    Hasta pronto.

    ResponderEliminar
  3. Un psicólogo llamado Marvin Zuckerman en 1979 denominó "búsqueda de sensaciones" a un rasgo de personalidad, y posteriormente otros vieron que era el único que parecía tener cierta relevancia en TODOS los jugadores patológicos. Es decir, parecía ser la única característica de personalidad que tenían todos en común. Su transmisión podría ser hereditaria según se pensaba, punto que no ha podido ser demostrado aún. Sin embargo, los estudios posteriores demostraron que pocos más de la mitad de los jugadores patológicos mostraban ese rasgo.
    Respecto a la impulsividad, es un término excesivamente complejo como para pretender desgranarlo en un puñado de genes. Existen impulsos innatos en el ser humano, basados en los instintos, pero a día de hoy sólo son especulaciones. El problema al pasar de la genética a la conducta es que por en medio hay MULTITUD de peldaños en la escalera (proteínas, células, estructuras celulares, órganos), tantos que no se puede simplificar el problema lo suficiente como para estudiarlo aislando una a una todas las variables.
    Para poder decir que los jugadores tienen tal o cual problema genético o biológico, primero hay que encontrar algo biológico o genético en ellos, en todos ellos, que les DISTINGA de los demás. Y no tenemos nada. Absolutamente nada, que les haga diferentes como grupo biológo.
    Es por ello que debemos remontarnos un par de peldaños en la escalera y pensar en el aprendizaje, en el condicionamiento clásico, en el condicionamiento instrumental y en el aprendizaje vicario, porque en ellos SÏ se ha demostrado cómo surge la adicción al juego, y cómo se adueña de la conducta y de las emociones.
    Siempre se lo he dicho a quienes han acudido a la consulta: el juego es una conducta compleja, eso significa que no puedes simplificarla porque siempre habrá factores desconocidos, ocultos e ignorados que modularán o impondrán sus designios. A veces es un deseo reprimido y oculto de superación personal, otras es una ambición frustrada en el pasado y casi olvidada, y en otras puede ser algo que nos ocurrió de niños, algo que vimos, algo que escuchamos, pueden ser mil cosas.
    El reduccionismo biológico está muy bien cuando las grandes farmacéuticas se relamen pensando en el potencial mercado que tendrían si se "demuestra" una conexión biológica entre juego y genes (recordemos cómo se han forrado con la Depresión, el síndrome de Hiperactividad, o el tan de moda Trastorno Bipolar). Pensad mal y acertaréis. Os remito a González Pardo y Pérez Álvarez: LA INVENCIÓN DE TRASTORNOS MENTALES, Alianza Editorial, 2007.
    Respeto las posibilidades y la ilusión, pero mi profunda convicción es que este problema no se solucionará NUNCA mediante psicofármacos (si entendemos por solucionarlo que se deje de jugar pero se siga haciendo una vida plenamente normal y eficaz), porque no es a ése nivel donde está el problema, sino como ya he dicho en otros niveles superiores.
    Está bien tener esperanzas, pero seamos honestos: no depositemos la responsabilidad de solucionar nuestro gran problema en un fármaco, en una alienante pastilla, o en un misterioso gen. Como dijo el genetista y biólogo evolutivo Richard Lewontin, "no está en los genes" (Richard Lewontin, Steven Rose : NO ESTÁ EN LOS GENES, Editorial Crítica, 1987).
    Y por cierto, gracias por tus palabras. Estaré encantado de colaborar, comentar o echar ácido, según corresponda, en los temas que tratáis, e intentaré que mis intervenciones sean algo más frecuentes. Gracias.

    ResponderEliminar


  4. Hola Santos.

    Gracias a ti por colaborar con nosotros, ya que aunque sea poca la gente que se decide a escribir, si hay quienes leen y seguramente después meditan sobre lo leído. Por eso es muy importante tu colaboración puesto que la opinión de un profesional sea el que sea su sector de trabajo siempre es la opinión de alguien especialmente cualificado para la materia en cuestión.
    En el post anterior mencionaba mi oficio, (fontanero) pues bien, usándolo de nuevo como ejemplo, es como cuando en una casa cualquiera, se estropea algo relacionado con la fontanería y el propietario de la misma lo arregla o intenta arreglar a su modo y manera, en algunos casos lo hará bien, en otros no tanto y el trabajo realizado no servirá para nada, o lo que es peor, incluso la avería haya ido a más. En esos casos en los que el trabajo no estuviese bien enfocado o realizado contar con el asesoramiento de un profesional resultaría de gran ayuda, aunque el trabajo terminase por hacerlo el mismo propietario.
    Algo similar ocurre con tus intervenciones. Mi intención no lo dudes ni por un momento, es ayudar en lo que pueda a superar el trance que supone la rehabilitación a cualquier persona que tenga a bien leer mis comentarios, que no olvidemos se basan en experiencias vividas por mi, o por compañeros de terapia, nunca por estudios y preparación académica, los cuales en mi caso son nulos en este aspecto. Por lo tanto casi podríamos calificar el blog en sí, como intrusismo laboral, visto desde el lado de un profesional de la psiquiatría o psicología. Pero desde el punto de vista del familiar y quien sabe si desde el del enfermo las vivencias de quienes han pasado por situaciones semejantes pueden servir de guía en sus propias actuaciones llevándolas a su experiencia y característica personal, no en vano en eso se asienta el ser de las asociaciones, compartir experiencias y entre todos buscar la mejor salida al problema. Por eso reitero mi agradecimiento hacia tus comentarios, ya que al igual que en las reuniones de grupo y en cualquier otro ámbito de la vida, es importante que se reconozcan y valoren el esfuerzo y los logros conseguidos en un trabajo en particular, con lo que se motiva la continuación y perfeccionamiento de dicho trabajo, es mayor la importancia de las correcciones que puedan seguir al respecto de el mismo, ya que estas últimas evitan la continuación o reiteración de un posible error y la apertura de un debate o dialogo que si se hace de forma correcta siempre termina en algo positivo, o al menos en la aclaración de las distintas posturas o puntos de vista.
    Por lo tanto no te importe ser acido cuando lo consideres oportuno y grato de vez en cuando, ya que como todo el mundo, yo también tengo mi corazoncito.
    Hasta pronto.

    ResponderEliminar
  5. Jaja. Muchas gracias por tus palabras, Paraca. Estás haciendo una gran labor. Creo que entre unos y otros, sepamos más o menos del tema, lo vivamos o no directamente, podremos ir sacando cosas, ideas, comentarios e informaciones que sirvan de ayuda a quienes recurran a esta página en busca de recursos. El único experto en esto, en definitiva, es el jugador, y creo que entre todos podemos ser de gran ayuda.
    Un saludo.

    ResponderEliminar