jueves, 11 de julio de 2013

Cómo pedir apoyo a los demás.


Tema tratado con anterioridad el 14/02 2013.

Cuando se pregunta a alguien que lleva un cierto tiempo en una asociación haciendo las cosas bien, si se encuentra capacitado para pedir ayuda a los demás en caso de necesitarla y cómo lo haría, la mayor parte de los preguntados responden que si, que creen encontrarse capacitados para pedir ayuda en caso de necesitarla, que se dirigirían directamente a la persona o personas en cuestión exponiendo su problema y su demanda de apoyo en ese caso en concreto o para lo que necesitasen en particular, como una vigilancia en general mantenida en el tiempo a especie de refuerzo.
Cuanto menos tiempo de permanencia en la asociación se tiene, como es lógico se está más inseguro por esa parte, lo que hace que las personas de su entorno deban estar un poco más pendientes por si acaso lo necesitase y no se atreviera a exponerlo o no supiese como hacerlo. Esto no quiere decir a ciencia cierta que cuando se lleva tiempo en la asociación los familiares puedan estar tranquilos en esta cuestión, ya que a pesar de se manifieste estar preparado para pedir ayuda, eso no quiere decir que llegado el momento se vaya ha hacer, ya que el orgullo mal entendido, de demostrar debilidad por pedir ayuda ante ciertas dificultades, creyendo que nos consideraran inmaduros o incapaces, en ocasiones nos conduce a intentar resolver las cosas de mala manera por nosotros mismos, o directamente de obviarlas y pasar olímpicamente de ellas como si no existieran, consiguiendo que los problemas se incrementen.
Este tipo de conducta se puede dar en cualquier caso ya se sea enfermo o familiar, puesto que el orgullo no es privativo de ninguna de las dos partes.
Desde luego el mejor modo de hacer la petición es iniciando un dialogo en el momento que se necesite y no pretender esperar un momento más adecuado que puede parecernos no llegar nunca, y claro está, hacerlo de manera razonada y educada, sin malos modos, chantaje emocional o cualquier otro tipo de presión, debiendo estar preparados para en el caso de recibir una respuesta negativa, saber asimilarla y buscar esa ayuda en otra parte sensata pensando que eso no es el fin del mundo y que podremos obtener la ayuda de otra de las muchas personas que a buen seguro tenemos en nuestro entorno dispuestos a ayudarnos. Los disparates y las reacciones incontroladas, en caso de negación, tan solo nos traerán más dificultades y problemas.
Hasta pronto.

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