El comienzo del nuevo curso
en la asociación un año más nos deja un montón de experiencias vividas durante
el periodo de vacaciones, en ocasiones son simples anécdotas más o menos
preocupantes y en otras es un continuar con las mismas situaciones tensas a que
nos tienen habituados, pero todas ellas pueden ser aleccionadoras para todos,
en especial para los más nuevos en la asociación.
Ahora es tiempo de volver
a la rutina de la asistencia a las terapias, pero no como una simple rutina más,
sino como algo necesario para todos los presentes en ella y con el ánimo puesto
en aportar y recibir lo más posible en todas y cada una de ellas. Debemos ser
conscientes de que la simple asistencia no es suficiente, tenemos que
participar activamente en ellas contando nuestras vivencias y inquietudes tanto
para que nos puedan ayudar los demás como para poder ayudarles nosotros a
ellos, debe quedar atrás ese tiempo en el que nos guardábamos todo para
nosotros mismos sin compartir con nadie nuestras sensaciones, sentimientos y
emociones, sobre todo si estas eran malas causando en nuestra cabeza el mismo
efecto que el vapor en una olla a presión, saliendo al final por algún lado y
normalmente de forma incontrolada.
Al fin y al cabo en cuestión de ludopatía la solución está en nuestras propias manos, aprovechémonos de la gran suerte que tenemos por la ayuda que puede prestarnos para ello la gran familia que forma la asociación. (Tanto a la que yo asisto como seguro que también todas y cada una de las que existen a lo largo y ancho de todo el planeta, por supuesto las experiencias que aquí se relatan sirven para cualquier persona se encuentre donde se encuentre ubicado en el mundo, ya que gracias a Internet podemos acercarnos unos a otros sin importar sexo, raza, condición o lugar de residencia)
Hasta pronto.
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