La importancia de un día
más, es demoledora. Gracias a un día más se cambia todo en esta vida y nos vale
para cualquier faceta de ella, no solo para el juego.
En ocasiones lo
importante es aguantar un día más sin hacer algo de lo que más tarde tal vez no
nos podamos ni arrepentir, otras veces aunque si tengamos la ocasión de
rectificar el perjuicio causado por una acción realizada sin la meditación
suficiente puede acarrear unas consecuencias desastrosas en nuestro futuro a
corto y medio plazo. Este tipo de actos se cometen muy a menudo en el tema que
nosotros tratamos, la rehabilitación de la ludopatía. Si nos paramos a pensarlo
detenidamente, nos daremos cuenta que casi todas la veces que ocurre alguna
recaída ésta no es tan espontánea como solemos decir “se me cruzaron los cables
y” ya que a pesar de ser cierto
que posiblemente en ese momento se “cruzaran
los cables” no es menos cierto que de haber seguido las medidas preventivas tal
y como se indica desde las asociaciones o desde este tipo de foros un día más,
esa situación no se hubiese producido. ¿Por qué? Pues porque no estaríamos en
ese lugar, no tendríamos ese dinero, no tendríamos acumulada esa tensión por
ocultar ciertas cosas o sentimientos… en fin, lo que nos indican las medidas
preventivas o normas de conducta que deben seguir todos los ludópatas si excepción
y todas aquellas personas que se comprometan a llevar su seguimiento o ha
apoyar al ludópata para conseguir la rehabilitación.
En otras ocasiones lo que
es necesario es todo lo contrario, que dejemos de hacer lo que venimos haciendo
habitualmente, es decir que cambiemos nuestros hábitos y costumbres y que estas
nos impulsan hacia el juego: frecuentar los mismos lugares, hacer las mismas
cosas a las mismas horas, mantener relación frecuente con compañeros de juego…,
esas también son cosas que están recogidas en las normas pero que en muchas
ocasiones se pasan por alto con peregrinas excusas solo buscadas para poder
mantener algo que creemos necesitar y que por el contrario no es así,
por
ejemplo el tema de los mal llamados amigos, ya que si realmente fuesen nuestros
amigos y supiesen nuestro problema nunca jugarían delante nuestro o nos incitarían
a hacerlo, ya que sabrían que eso es perjudicial para nosotros, una actitud
como esa indica que o bien no son tan amigos nuestros como pensamos, o no les
hemos explicado bien lo que nos ocurre, de ser así deberíamos hacerlo y de
persistir en su actitud lo mejor es mantener la relación en un simple saludo
sin más.
Ser constante en la
rehabilitación es la clave del éxito o el fracaso, de hay la importancia de un
día más.
Hasta pronto.
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