jueves, 8 de mayo de 2014

¡De todo un poco!


La terapia de ayer miércoles de nuevo fue separada (familiares en una sala, enfermos en otra) y con tema libre.

En ella los familiares, (grupo en el que yo me encuentro) hablamos sobre el sentimiento de mal estar en el que se encontraba una compañera, a raíz de no haber llegado a tiempo el sábado pasado a la celebración del día del socio, en el que se le hizo entrega del diploma de un año en rehabilitación a su esposo. Aumentado este mal sentimiento, en tanto en cuanto algunos compañeros (yo incluido) más tarde una vez acabado el acto la mencionamos tal hecho. Desde aquí quiero mandarla mis más sinceras disculpas si esa acción por mi parte contribuyo a aumentar su mal estar, desde luego esa no fue mi intención en ningún momento, tan solo pretendí comentar el suceso e incluso, le gasté lo que yo entendí en ese momento como una pequeña broma al respecto.
Al parecer todo se debió a una mala interpretación de lo que significaba el día del socio y como se desarrollaba tal evento. Con lo cual aprovecho para recalcar una vez más la importancia de preguntar todo aquello que nos pueda generar algún tipo de duda, ya sea referente a la enfermedad, como al funcionamiento de la asociación, tanto para evitar situaciones de este tipo, como para tener suficientemente claro que actuación y por qué, debemos mantener en todo momento en la prevención de la ludopatía.

También hablamos de los cambios de comportamiento y actitud, de los enfermos a medida que va pasando el tiempo de permanencia en la asociación. Algunos de estos cambios pueden parecer erráticos y contradictorios en algunos casos, puesto que da la sensación que fuese a peor en algunos momentos.
Otras veces la cuestión tan solo se trata de un problema de apreciación por parte del familiar, que está acostumbrado a una forma de obrar autónoma durante mucho tiempo, dado que el ludópata ha permanecido en un estado de inhibición prácticamente total de sus funciones, a la hora de hacer y opinar respecto a lo que una vida en común conlleva; como el mantenimiento de la casa, o la convivencia familiar. Dándose el caso que cuando estos quieren recuperar ese espacio perdido, el familiar ve trastocada esa rutina autónoma a la que ya se había adaptado y cualquier injerencia por pequeña que sea, puede ser motivo de algún que otro rifirrafe. Precisamente por eso es importante que el familiar también acuda a la asociación con ánimo de aprender y adaptarse a una nueva etapa en su vida. Sí, justo a esa que tantas veces ha sugerido que le gustaría tener, con toma de decisiones y trabajo en común,… pero que ahora que se presenta,… ¡Vaya, resulta no es lo que esperaba, o lo que es peor, no está preparado para algo así!
El mejor remedio para esa situación sin duda alguna es el dialogo entre los afectados, el esfuerzo personal para aprender a remediarlo y dejar un paso del tiempo prudencial para dicha adaptación.

También hablamos de forma más breve, aunque no por ello es menos importante, de esas situaciones que se dan cuando el ludópata se compromete a hacer alguna cosa, del tipo dejar de fumar, o no alternar tanto con los amigos. Si pasado un tiempo quiere volver a hacerlo, le cuesta sobre manera decirlo francamente, por miedo a que los familiares puedan pensar que si no pueden con eso es posible que tampoco pueda dominar su adicción al juego, con lo que termina por recurrir a hacerlo a escondidas, reuniendo el dinero necesario a través de alguna ardid. ¡Claro! Más tarde si se ven pillados (cosa que antes o después siempre sucede) el problema es mayor y vienen las negativas y los disgustos. La conclusión que se puede sacar de esto es que siempre es mejor hacer las cosas a las claras, aunque se tengan que afrontar ciertas situaciones digamos que… incomodas.

Por cierto, todo un éxito el día del socio, con una asistencia memorable. (Que conste que no lo digo por meter el dedo en el ojo a nadie, jajaja).
Ayer antes de entrar a la reunión de grupo, me dio una satisfacción enorme saludar a un compañero de asociación que ha regresado después de estar cuatro meses trabajando en un lugar ciertamente complicado y peligroso del mundo. Le encontré estupendamente, de lo que me alegro tanto por él, como por su familia, sobre todo sus niñas que han estado tanto tiempo alejadas de su papa. Feliz regreso compañero.
Hasta pronto.

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