Tratado el 30/05/2013
Cuando a causa de una
ludopatía se han generado deudas, (algo que por desgracia es muy frecuente) no
se debe actuar por impulsos a la hora de querer pagarlas, algo así podría
traernos mayores problemas aún.
Es importante pensar
detenidamente como afrontar tal situación, al igual que es importante ser
conscientes que el juego NUNCA, debe ser el camino elegido para obtener el
dinero con que pagarlas; a poco que echemos la vista atrás, observaremos que
ese camino solo nos puede hundir aún más, en los problemas.
Para empezar y si es que
no lo hemos hecho aún, este seria un buen momento para pedir ayuda, tanto a
la familia, como a una asociación. A la familia, para tratar de encontrar un
apoyo, y a una asociación especializada en ludopatía, para aprender los pasos a
seguir, no solo con la deuda, si no con todo lo relacionado con la
rehabilitación del juego y sus consecuencias; por supuesto en ambos casos de
manera totalmente sincera, de otra forma, se trataría tan solo, de un fraude más
que añadir a una larga lista.
Ayudar a un ludópata con
las deudas, no quiere decir pagárselas sin más, ese es un error cometido por
muchos familiares, (yo incluido) cuando se enteran de lo que sucede con el
juego, pero que no comprenden la profundidad del problema que se les plantea.
De hecho en un principio y si no se cuenta con la información adecuada, se cree
que es tan solo eso, un problema pasajero, que una vez pagado y con un poco de
voluntad después de la lección recibida, estará todo solucionado en poco
tiempo.
Craso error del que no
tardamos en darnos cuenta. Ni la ludopatía es un problema pasajero, sino una
grave enfermedad, crónica y recurrente; ni pagándoles las deudas sin más,
hacemos otra cosa, aparte de crearles una sensación de impunidad total, al pensar que el dinero cae del cielo. Puesto
que al ver resuelta rápidamente, la situación que en un principio se les
antojaba sin salida, sin pasar por otra cosa más que un una reprimenda más o
menos fuerte, en cuanto se les pasa el susto y la familia se confía al
considerar el tema resuelto, el regreso al juego no tarda en producirse. Lo
mejor es que sea el ludópata quien se haga cargo de pagar sus deudas de juego,
aunque en un principio y si la situación lo requiere, el entorno familiar le
preste el dinero, es conveniente sea totalmente devuelto a quien en su momento
lo adelantó.
También es conveniente
estudiar todas las deudas adquiridas, y trazar un plan de pago que se ajuste a
nuestras posibilidades reales de pago, gestionando este pago en medida a su
prioridad. En ocasiones ampliar ese plazo en lo posible, amplia la capacidad de
perspectiva del enfermo respecto a su situación actual y el porque de tal
situación, sirviendo de recordatorio de porque se encuentra así y porque no
quiere volver a situaciones pasadas.
Hasta pronto.
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