Tratado anteriormente el 27/10/2013.
Enlazando con lo expuesto en ese comentario anterior, me
gustaría quedar claro que esos objetivos, esos pequeños logros, difícilmente se
cumplirán mientras el enfermo siga en sus trece; pensando que con el simple
hecho de dejar de jugar y no llevar dinero encima ya está todo logrado. Quienes
siguen pensando de esa manera después de un periodo prudencial en la
asociación, oyendo una y otra vez que el cambio de hábitos y costumbres, no
solo es necesario, sino prácticamente obligatorio, a la par que el cumplimiento
de TODAS y cada una del resto de las medidas preventivas; están dejando patente
que realmente se limitan tan solo a dejarse llevar por quienes tratan de
apoyarles, pero sin poner nada de su parte salvo impedimentos y trabas, a una
buena rehabilitación y convivencia. Quedando relegada está última a un amasijo
de broncas, enfados y ese tipo de sensaciones, que hacen poco menos que una
relación pase de ser inviable, a una sino buena, al menos sí fluida.
En estos casos los familiares no podemos por menos que
preguntarnos ¿Tan difícil es por parte del ludópata, darse cuenta que todas
esas medidas preventivas no van encaminadas contra él, sino contra la
enfermedad, ofreciéndole una defensa en caso de necesidad? ¿Qué piensan, que lo
hacemos impulsados por un ansia irrefrenable de venganza? ¿Qué
pretendemos
sacar provecho de la situación para imponer nuestro capricho porque sí? ¿De
verdad piensan que controlar hasta los límites que exige la ludopatía a un
adulto es algo agradable?
Creo que deberían reflexionar sobre ello largo y tendido,
darse a razones y facilitar en lo posible ésta tarea tan poco agradable a las
personas que no lo olvidemos, están apoyándoles por que quieren y les quieren;
pero que en parte de los casos les sería más fácil mandarles a paseo y no complicarse
más la vida. Sin embargo continúan ahí, luchando día a día, para conseguir que
tanto el ludópata como todos quienes les rodean, puedan salir de toda esa
pesadilla lo antes y mejor posible. ¿No se merece eso un reconocimiento y
tratar de hacer más fácil la tarea a todas esas personas que tratan de ayudar?
En la asociación se dice en ocasiones que el enfermo debe
ser egoísta y trabajar para salir del juego, pensando el él mismo en primer
lugar y no hacerlo tan solo por el familiar, me parece que es una recomendación
acertada, puesto que hace que en caso de que el familiar o acompañante falle,
el ludópata pueda seguir adelante sin su ayuda. Pero debería quedar claro que
todo tiene un límite y por lo tanto, lo haga por él, por el familiar, o por el
lucero del alba; el caso es que tiene que hacerlo antes o después. Entonces ¿Para
qué tensar tanto la soga, poniendo una dificultad tras otra? ¿No es mejor para
todos, dejarse de pamplinas y ponerse manos a la obra cuanto antes?
En caso contrario, tal vez sería un buen momento para
replantearse si continuar con esa relación, es algo que merezca la pena y
actuar en consecuencia.
Eso sí como suelo decir, esto no es más que mi opinión y
todos somos ya mayorcitos para tomar nuestras propias decisiones.
Hasta pronto.
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