viernes, 28 de marzo de 2014

¿Cómo pedir ayuda a los demás?


Tratado anteriormente el 27/02/2014.



Pues sí Kike qué quieres que te diga, pedir apoyo a los demás o pedirles ayuda a mi modo de entender, es prácticamente lo mismo y por lo tanto en una cosa y en la otra se deben emplear las mismas reglas o directrices:




  • Sinceridad y transparencia.
  • Compromiso de poner todo el empeño posible en conseguir el objetivo por nuestra parte.
  • Constancia en ese empeño.
  • Y por supuesto una gran dosis de humildad.

No es de recibo tratar de exigir esa ayuda y mucho menos aún, si el propio interesado no está dispuesto a ser él mismo, quien de los primeros pasos de acercamiento y en el posterior trabajo a realizar para la consecución de la rehabilitación.
Conductas cómo la de soltar la “mochila” a los demás y luego desentenderse del tema, esperando que nos lo resuelvan todo; y más tarde echarles en cara los pocos resultados y el poco o nulo apoyo recibido de su parte, creo que no solo peca de egoísmo, sino de una cierta caradura por parte de quienes se comportan así.

Uno de nuestros nuevos compañeros, nos comunicaba este miércoles pasado que gracias a la colaboración de la asociación, (representada por su presidente) había conseguido eludir una condena de cárcel en un juicio celebrado contra él ese día, cambiándola por una permanencia y asistencia de dos años a terapias de grupo en la asociación, con el fin de buscar una rehabilitación, algo que en la cárcel cuanto menos sería mucho más dudosa de conseguir. Se mostró muy agradecido por la ayuda prestada a tal fin por la asociación, sintiéndose muy satisfecho con
lo conseguido; y mira por donde, resulta que no había dicho nada del juicio a su familia. Aplicando como ejemplo este caso al tema del miércoles “cómo pedir ayuda” me parece que queda claro que esa no es la mejor manera de hacerlo, ¿Cómo podría su familia ayudarle sin saber lo que pasaba? De haber sido capaz de contárselo a la familia pidiéndoles su ayuda, tal vez no hubiese habido necesidad de llegar a esos extremos, o al menos se podría haber creado una colaboración entre ambas partes, que abriera el camino a un futuro entendimiento y la cooperación entre todos. Y también algo de lo que no debemos olvidarnos, durante todo el tiempo de espera hasta el juicio, por lo menos hubiese tenido alguien con quien compartir sus miedos, preocupaciones y esperanzas, de este modo y por bien que haya salido todo, esa relación que podría haber surgido entre ellos nuevamente quedo en nada.

Seamos sensatos y aprovechemos las ocasiones, sin perderlas por miedos y arrogancias absurdas; de no hacerlo así, quien sabe si más tarde tendremos una  nueva oportunidad de arreglar las cosas.

Hasta pronto.

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