Tratado el 13/06/2013.
Que la integración
familiar es algo positivo y necesario, creo que no lo pone nadie en duda. Ahora
bien otra cosa bien distinta, es qué caminos son convenientes y necesarios para llegar a esa integración .
Al hablar de este tema en
la asociación siempre se le oye decir a algún compañero, que cuando el enfermo después de conocida en casa la enfermedad da un portazo y sale huyendo de una
pregunta, da una mala contestación, o responde con monosílabos, no lo hace por
soberbia ni por egoísmo al preocuparse únicamente por sus sentimientos, sino
que lo hace por sentirse acosado una y otra vez con la misma pregunta y
queriendo tratar el mismo tema.
Por mi parte y sin dejar
de reconocer que en algunas ocasiones puede suceder algo así, me parece que ese
no es el punto de vista más imparcial, tal vez por no estar lo suficientemente
meditado, puesto que una mala contestación a una pregunta inquiriendo como se
siente ese día, o sencillamente preguntando qué tal lo ha pasado, no debe ser
motivo para tal respuesta. Debería comprender que su entorno también lo está
pasando mal y que esta intranquilo y preocupado por como se encuentre él o ella
dependiendo del caso, ya que en buena parte la tranquilidad que envuelva el
ambiente entre ellos en esos momentos, dependerá en gran medida de ello.
las ocasiones anteriores no se ha obtenido una respuesta clara, tan solo evasivas, o directamente silencio, quedando patente varias cosas, como la falta de intención de dialogo (algo muy importante para la integración familiar), no llevar a la practica el famoso punto tantas veces tratado en la asociación de que el enfermo debe ir un paso por delante (con lo que se evitarían muchas de esas preguntas) y un evidente desprecio a los sentimientos del familiar, pensando que al ser ellos los enfermos, son los únicos que lo están pasando mal.
En ocasiones ciertamente,
más que por soberbia, estas reacciones pueden producirse debido a fuertes
sentimientos de culpa por parte del enfermo, los cuales le llevan a un
constante estado de tensión y alerta creyéndose atacado continuamente.
Ambas partes deben
recapacitar y darse cuenta de que si están en una asociación es porque quieren
alejarse de ese tipo de situaciones de angustia, que las dos partes deben
aprender una nueva forma de comportamiento, en función de las necesidades de
cada caso, y que todos ellos, deben tratar de tener paciencia en los posibles
errores de los demás, haciéndoselos ver de forma que nadie se pueda dar por
ofendido, sin recriminaciones, de buenas maneras, pero sin pasarlos por alto
para evitar posibles confrontaciones, puesto que esa actitud podría traernos
peores consecuencias en un futuro no muy lejano.
Hasta pronto.