Tratado el 21/07/13.
Como podéis comprobar
este es uno los temas más veces tratado y eso es así, porque dada su
importancia es algo prioritario a conseguir.
Se nos llena la boca
diciendo que queremos empezar una nueva vida, que lo pasado… pasado está, que
no queremos tener prejuicios, que queremos dar y recibir confianza, y tantas y
tantas cosas más. Cosas muy loables por cierto y claramente necesarias para una
buena convivencia, pero imposibles de lograr si no se las sazona con fuertes
dosis de sinceridad y transparencia.
¿De qué nos vale una
nueva vida si la cimentamos sobre un cúmulo de mentiras y ocultaciones? ¿Cómo
no se va a hacer reproches a alguien, a quien continuamente le pillan en una
mentira tras otra? ¡Por supuesto que se tendrán prejuicios sobre quien miente
sin parar! Es más, de persistir en esa actitud, la relación terminará por romperse.
Como veis en ningún
momento me he referido a nadie en particular, en esta cuestión es igual que se
sea el enfermo o el familiar, todos debemos aportar esas dos cualidades a la
relación, ¿Quién no es sincero, cómo puede exigir que lo sean los demás? Por
cierto, no debemos caer en la trampa de pensar que las medias verdades, la
ocultación de las cosas, o tratar de liar a los demás para poder ocultar lo que
nos interesa, no es una forma más de mentir, puesto que para el caso es lo
mismo.
La relación entre las
personas no es lo mismo que si de un juicio se tratase, en el que a una pregunta
concreta se le deba dar una respuesta especifica, la relación entre las
personas y mucho más si son queridas, se sostiene en la confianza reciproca,
que a su vez se basa en la sinceridad y transparencia que exista entre ellas.
Hasta pronto.
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