domingo, 17 de noviembre de 2013

Sinceridad y transparencia.


Tratado el 21/07/13.

Como podéis comprobar este es uno los temas más veces tratado y eso es así, porque dada su importancia es algo prioritario a conseguir.
Se nos llena la boca diciendo que queremos empezar una nueva vida, que lo pasado… pasado está, que no queremos tener prejuicios, que queremos dar y recibir confianza, y tantas y tantas cosas más. Cosas muy loables por cierto y claramente necesarias para una buena convivencia, pero imposibles de lograr si no se las sazona con fuertes dosis de sinceridad y transparencia.
¿De qué nos vale una nueva vida si la cimentamos sobre un cúmulo de mentiras y ocultaciones? ¿Cómo no se va a hacer reproches a alguien, a quien continuamente le pillan en una mentira tras otra? ¡Por supuesto que se tendrán prejuicios sobre quien miente sin parar! Es más, de persistir en esa actitud, la relación terminará por romperse.
Como veis en ningún momento me he referido a nadie en particular, en esta cuestión es igual que se sea el enfermo o el familiar, todos debemos aportar esas dos cualidades a la relación, ¿Quién no es sincero, cómo puede exigir que lo sean los demás? Por cierto, no debemos caer en la trampa de pensar que las medias verdades, la ocultación de las cosas, o tratar de liar a los demás para poder ocultar lo que nos interesa, no es una forma más de mentir, puesto que para el caso es lo mismo.
La relación entre las personas no es lo mismo que si de un juicio se tratase, en el que a una pregunta concreta se le deba dar una respuesta especifica, la relación entre las personas y mucho más si son queridas, se sostiene en la confianza reciproca, que a su vez se basa en la sinceridad y transparencia que exista entre ellas.
Hasta pronto.

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