jueves, 14 de noviembre de 2013

Juegos sustitutorios.


Tratado el 07/04/13.

Otra vez vuelvo a la carga con este tema tan debatido y en ocasiones poco o nada entendido. Al tratar este tema la gente empieza a divagar poniendo toda una interminable serie de ejemplos, como tratando de encontrar una especie de salida por si un día y por casualidad, “no tuviese más remedio que jugar a algo” sin darse cuenta de que todas esas situaciones posibles, no son otra cosa que las típicas excusas de quien aún no ha aprendido que todo consiste en saber decir ¡NO!
Que si el compañero más pesado que nadie, que por matar el tiempo con la familia, que si los niños, que si esto y lo otro. Pero bueno vamos a ver, ¿es qué es tan difícil de entender algo tan sencillo como que un ludópata no debe jugar NUNCA más a ningún juego de azar y apuesta? ¿Es qué no somos capaces de comprender que por intentar matar ese rato en familia, podemos terminar matando nuestro futuro y posiblemente destrozar el de esa misma familia?

La vez anterior que traté este tema puse unos ejemplos intentando dejar claras las sutiles diferencias que pueden existir en dos situaciones aparentemente similares, creo que en esos ejemplos se apreciaba suficientemente el gran abismo que puede separar unas de otras. Y eso amigos míos, por mucho que pretendamos intentar darle un enfoque distinto a las cosas, la verdad es que en el interior de cada uno de nosotros, ludópatas o no, sabemos perfectamente lo que está bien y lo que no lo está tanto, por eso que alguien que lleva relativamente poco tiempo en la asociación se excuse a la hora de no saber decir no, diciendo que juega un boleto en una rifa no por jugar, ni tan siquiera por el premio que encima no es en metálico, sino por contribuir en una u otra causa,… deja claro que algo falla en su rehabilitación, pero como se suele decir “está en el comienzo de un largo camino" y es fácil que aún no conozca todos sus baches, pero que piensen e incluso obren de forma similar quienes
llevan bastante tiempo en ella, no es ni medio normal. Eso es una clara muestra de que cuando se lleva un tiempo y se empieza a confiar uno en demasía, piensa que la cosa no es para tanto, sin pararse a recordar sus comienzos cuando también creía que todo estaba controlado y que solo estaba pasando un rato agradable. Que pena que las personas tengamos una memoria tan frágil para según que cosas.

Hasta pronto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario