Tratado el 05/04/2013.
Me temo que poco puedo
añadir a lo expuesto en la ocasión anterior, puesto que sigo considerando que el
comentario se ciñe a lo que representa una generalidad o mayoría en el
comportamiento de los ludópatas que acuden a las asociaciones.
Eso sí añadiré que por
parte de los familiares, también debe ser importante dicha valoración. No es de recibo
pedir al enfermo que aprenda a ajustarse a un pequeño presupuesto diario, tan
pequeño que se reduce a lo más básico para cubrir las necesidades diarias, y
que por parte del familiar no se cumpla cierto control en cuanto al gasto en
cosas no necesarias, algo así como pequeños caprichos, los cuales en cambio si
estamos pidiendo y obligando a los enfermos a restringir. Esas situaciones además
de causar muy mal ejemplo en los enfermos, nos conducen a discusiones fácilmente
evitables y que por desgracia se producen más habitualmente de lo que seria
imaginable, los familiares debemos ser conscientes que estamos tratando de
ayudar en la rehabilitación de nuestros enfermos y no de buscar pequeñas
venganzas por los despilfarros que pudieran cometer durante su etapa como
jugadores, salidas de tono como “más te gastaste tu en el juego” o cosas por el
estilo para justificar estos gastos, son claros reproches que no justifican
nada y que por el contrario crean situaciones altamente peligrosas en cuanto a
peleas domesticas y recaídas se refiere.
Es trabajo del enfermo a
aprender a valorar al dinero en su justa medida, si no quiere quedarse atrapado
en una incapacidad permanente a manejar su propio dinero o el de su unidad familiar,
pero también es trabajo del familiar, aprender a valorar ese cambio de actitud
por parte del enfermo, posibilitando según esto vaya sucediendo, que el enfermo
pueda intervenir en mayor medida en el control de la economía familiar,
compartiendo entre ambos dicho control poco a poco.
Hasta pronto.
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