La ludopatía es una enfermedad psicológica poco o nada comprendida, incluso a los enfermos que la padecen y a su entorno social que la sufre, les cuesta asumirla como tal enfermedad. Habitualmente para referirse a ella, en este entorno se la denomina problema, y fuera de él vicio.
No es de extrañar por lo tanto, que este repleta de prejuicios sociales. Hoy en día nadie se sorprende por ver en su puesto de trabajo, a una persona con una enfermedad física e incluso mental, exceptuando unas pocas que socialmente están “mal vistas” (alcoholismo, drogadicción, sida y alguna más). Entre estas se encuentra la ludopatía.
Una enfermedad mucho mas extendida de lo que la sociedad esta dispuesta a creer, pues ello nos pondría en el dilema de que repasando detenidamente nuestra propia vida, fuese posible que alguno de nosotros también pudiéramos ser calificados como ludópatas, ¿Qué problema hay en jugar un euro a la primitiva del jueves? ¡Ninguno!
Claro que si a eso le sumamos otro del sábado, uno más cada día de la bonoloto, otro diario de la once, ¡Anda que con ese bote, como no boy a echar un euro-millones!, Y por un rasca de nada ¿Qué va ha pasar si se juega hasta en los kioscos? y que me contáis de la vuelta del café, echándola en la tragaperras es posible que este me salga gratis… Podría seguir poniendo ejemplos un buen rato, pero no lo creo necesario, en este punto supongo que todos sabéis a lo que me refiero, poco a poco la sociedad nos introduce en el mundo del juego, con pequeñas cantidades por apuesta, pero que sumadas entre ellas dan un total considerable.
Esa actitud es aceptada por todos, incluso puedes llegar a ser el “raro” si no haces alguna de esas cosas o todas ellas; Ahora si pierdes el control y te excedes por el motivo que sea, se oculta en lo más profundo de nuestra intimidad, pues socialmente pasas a ser un vicioso, alguien en quien no se puede confiar, en ningún aspecto de la vida. ¿Quien quiere compartir su vida con una persona, que hace cualquier cosa por satisfacer su vicio? ¿Quién en su trabajo confía en un vicioso que abandona todo y solo esta pendiente de conseguir dinero para seguir jugando?
Este comportamiento lleva al ludópata a ocultarse y por lo tanto a hundirse cada vez más en el abismo de su enfermedad. Buscar una solución implica reconocer y airear algo que se quiere ocultar para protegerse.
Por suerte y gracias a la información, cada día más accesible y abundante (internet, asociaciones y demás medios de comunicación) esto va cambiando poco a poco, nos guste o no, los que vivimos más de cerca esta enfermedad tenemos la responsabilidad de darla a conocer y no solo por nosotros y nuestra propia integración en la sociedad, si no también pensando en futuras generaciones, quien sabe si incluso nuestros mismos hijos o futura descendencia.