jueves, 14 de febrero de 2013

Cómo pedir apoyo a los demás.



Algo que ha priori pudiera parecer tan sencillo como acudir a un familiar o conocido y decirle, tengo este problema (explicárselo) y necesito tu ayuda, no siempre resulta tan fácil de hacer.
Unas veces por la índole del problema, que puede causarnos vergüenza, otras porque realmente no estamos concienciados de su verdadera magnitud, el caso es que vamos dejando pasar el tiempo sin poner un remedio positivo.
En el caso de la ludopatía, no es extraño encontrarnos con ambos casos, con lo cual y al paso del tiempo el problema se ve seriamente acrecentado, porque esta enfermedad si no se la pone freno nunca se estanca por si misma, siempre va a más.
También existe otro serio problema a la hora de pedir ayuda, y es que está, se quiera de forma intermitente y puntual, tan solo para salir de ciertas situaciones problemáticas y cuando se hayan solucionado, vuelta a empezar, corriendo el peligro de que suceda como en la fabula del pastor mentiroso y el lobo, llegara el día en que nadie acuda a las llamadas de auxilio, pensando entonces en lo insensibles que son los demás que no se prestan a darnos su apoyo cuando lo necesitamos, porque curiosamente no se paran a pensar que después de tantos desplantes dados a quien no pretende otra cosa que ayudarnos ¿Qué podríamos esperar?
Sin duda la mejor manera de pedir ayuda, es estar dispuesto a aceptar la que te ofrezcan, sin poner trabas y pegas por doquier haciendo con ello desistir a quien en principio se decida a ofrecerla. Y por supuesto, también estar dispuesto a buscar y aceptar la información y ayuda de quien mejor puede darla, que en el caso de la ludopatía, son las asociaciones y los profesionales especializados en ella.
Por el contrario el intentar engatusar a alguien, con el agravante de parentesco, amistad o cercanía, para que ha base de lastima o pena, y después de hacerle el consabido chantaje emocional, conseguir nuestro propósito, aparte de ser algo ruin y deplorable, no conduce nada más que a la ruina total económica y moral. Con el consiguiente desprecio por parte de los demás, y lo que es peor, de uno mismo en los momentos de lucidez que sin duda alguna llegaran tarde o temprano, produciendo los sentimientos de culpa tan difíciles de superar.
Por parte de quien la ofrece, tampoco es positivo que esta sea de forma incondicional, esa no es forma de ayudar a un ludópata, la ayuda debe estar supeditada a unas condiciones, las cuales no se deben alterar por mucha pena que nos pueda dar el enfermo, si no se es firme en las normas, el fracaso es prácticamente seguro, se debe ser fuerte y no ceder a las presiones que no harían más que entorpecer la rehabilitación. El ludópata necesita a su lado alguien capaz de imponer la sensatez que a el/ella le falta.
Si estas empezando en este largo camino, aun es tiempo de rectificar y evitar posibles consecuencias desastrosas para todos. En tu mano está que la enfermedad no vaya a más.
¡ANÍMATE TRABAJA PARA ELLO Y LO CONSEGUIRÁS!
Hasta pronto.

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