jueves, 7 de febrero de 2013

Consecuencias de la ludopatía.


Tema tratado el 29/11/12

Existen varios modos de referirse a las consecuencias de la ludopatía.

El jugador en activo. Que dependiendo de la fase en que se encuentre su adición, lo verá también de distintas formas:

  • El que está empezando, que tendrá la falsa sensación de que tan solo es una forma de pasar el tiempo, y que controla en todo momento lo que hace.
  • El que está en su fase digamos "terminal" en la que se siente completamente desesperado, no encuentra salida a esa situación y desea con toda su alma que alguien le ayude; aunque por vergüenza y remordimiento no se atreva a pedirlo directamente, pero si, indirectamente con su actitud.
  • El jugador recién ingresado en una asociación o grupo de autoayuda. Para el que aún es pronto para hacer balance de la situación, en muchos casos necesita un largo periodo de tiempo para asumir que es un enfermo, y se encuentra flotando en un mar de remordimientos por acciones pasadas; con muchísimas dudas respecto a si será capaz de conseguir lo que tantas veces ha intentado por si mismo, y que no ha sido capaz de llevar a cabo, o al menos de mantener en el tiempo. Para él su máxima preocupación es el dinero perdido.
  • El jugador que lleva un tiempo en rehabilitación. En este caso ya se ven las cosas de distinto modo (en ocasiones de forma precipitada) se tienen diversas sensaciones: de logros conseguidos, de liberación al pensar que realmente no se fue culpable de las malas actuaciones, de recuperación de parte de la autoestima, de ser autosuficiente en el desarrollo del día a día, de tranquilidad,… En una situación que aunque buena, en ocasiones resulta peligrosa porque conlleva una relajación en las medidas preventivas, que no siempre se esta capacitado para afrontar.
  • El jugador con un largo periodo de asistencia y aprovechamiento a las terapias de grupo. Ahora realmente se encuentra capacitado para emprender cualquier cosa que se proponga, sabe perfectamente que es lo que quiere y hace lo necesario para conseguirlo. Sus metas son más amplias y los retos a los que se enfrenta son más ambiciosos, ya no necesita fijarse tanto en el día a día y hace proyectos de futuro; como antes de empezar la rehabilitación, pero esta vez con altas posibilidades de conseguirlo y no meras especulaciones.

Y como no, la visión del familiar. Éste a la par que el enfermo, también ha ido pasando por las distintas etapas del hundimiento y posterior resurgir del ludópata, También a tenido esos miedos al fracaso, en ocasiones mayores a los del propio enfermo, dado que la desconfianza es mucha y el menor síntoma de peligro hace saltar las alarmas en él, llegando en ocasiones a dificultar la recuperación del enfermo. Para el familiar una mayores consecuencias de la ludopatía, viene dada por una perdida de confianza, acompañada de un mayor entendimiento entre ambos, ha medida que va pasando el tiempo, cumpliendo las medidas preventivas correctamente. Por ejemplo, en mi caso no se si alguna vez llegare a tener una confianza completa en lo referente a la ludopatía, pero de no ser en las terapias, y los diferentes cursos, como el de habilidades sociales estoy seguro, nunca hubiese tratado con mi pareja ciertos temas; al menos no con la misma profundidad.
Por lo tanto y aunque parezca sorprendente, también hemos sacado algo positivo de todo esto, claro que lo ideal hubiese sido lograrlo sin necesidad de pasar por todo ese largo tiempo de sufrimiento, pero la vida es tal como viene y no como se desea.

Hasta pronto.

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