lunes, 3 de febrero de 2014

La comunicación.


Tratado el 29/09/2013.

La comunicación. ¡Ufff! Menudo tema, algo tan sencillo y a la vez tan complejo. Todos sabemos como se hace, pero seguramente en más ocasiones de las deseadas nos cuesta horrores llevarla a cabo.
Posiblemente no es que sea yo el más indicado para hablar de este tema, que según parece y a la vista de la falta de comentarios, no soy capaz de hacer que la comunicación sea fluida ni tan siquiera en un medio tan de moda como Internet.

Pero a parte de eso, si me gustaría decir que una y otra vez vemos, que el no atrevernos a comentar y dialogar sobre nuestros sentimientos, problemas y preocupaciones, nos lleva a aumentar la gravedad de muchas situaciones en la vida. Sobre todo si se trata de algo que nos pueda causar vergüenza, como suele suceder con todo lo relacionado con la ludopatía. Que un fumador diga a alguien que padece un cáncer, causado por el tabaco, parece ser mejor aceptado que si un jugador confiesa ser ludópata; en éste último caso la sociedad a esa persona pasa a marginarla prácticamente en todo, la sanidad no se hace cargo de una rehabilitación adecuada, derivándola a las asociaciones de autoayuda, olvidándose de los múltiples problemas que su adicción suele presentar en su salud: depresiones, insomnio, estrés… Y con frecuencia, su entorno le da la espalda pensando que es un vicioso, alguien a quien es mejor mantener alejado por ser mala persona, etc.
Un panorama así, hace que quien va notando que la situación se le escapa de las manos, no se atreva a confiar en nadie para pedir ayuda para solucionarlo, esperando hasta el último momento por si logra ese golpe de suerte que le permita recuperar lo perdido y dejarlo en el olvido como si nunca hubiese sucedido nada. Intentando a la par, dejarlo por su cuenta y riesgo, fracasando una y otra vez; por eso cuando finalmente se da por vencido y se decide a dar el paso de la comunicación, pidiendo ayuda, la adicción ha creado en esa persona unos hábitos difíciles de cambiar. Si a eso le añadimos que aunque cada vez hay más, aún es poca la información que todos en general tenemos sobre la enfermedad y cómo tratarla, la cosa se complica mucho más todavía.
Tratar de informase lo mejor posible de todo lo concerniente a la enfermedad, liberarnos de tabúes y comunicarse más con el resto de la gente, es un gran paso para conseguir una buena y duradera rehabilitación; tenemos dejar claro lo que nos ocurre en cada momento, que esperamos de los demás y que podemos ofrecer, sin tapujos ni reservas, esa y no otra, es la mejor manera de comunicarnos y de pedir ayuda que tenemos, sin importar el vehículo empleado para esa comunicación ya sea oral o escrito.
¡Comuniquémonos más por el bien de todos!

Hasta pronto.

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