domingo, 30 de junio de 2013

Control del dinero.


Tema tratado con anterioridad el 11/10/2012.

Sin lugar a dudas el dinero es lo que más discusiones causa entre familiar y enfermo. Cuando alguien ingresa en una asociación lo primero que se hace además de tratar de explicarle que es la ludopatía y como tratarla es aconsejarle el mayor control posible del dinero, tanto por parte de el enfermo como del familiar, en esté es en quien suele recaer el duro trabajo de controlar a una persona adulta que ha perdido por completo su autocontrol sobre el juego y por lo tanto sobre el dinero, ya que este es la llave para poder acceder al juego. La papeleta no es nada fácil para el familiar que de golpe, además de verse implicado en una vorágine de situaciones nuevas y ajenas a él, encima se tiene que comportar cual banquero despiadado de hoy en día y tratar por todos los medios de hacer que el enfermo disponga del menor dinero posible en su día a día. El dinero que debe manejar el enfermo le guste o no, tiene que ser el imprescindible para su gasto diario, y este gasto debe ser coherente con su situación económica en cada momento.
Es frecuente que al ingresar en una asociación o buscar cualquier otro tipo de ayuda ya sea profesional o a trabes de internet en páginas especializadas, la economía del enfermo y de su familia estén bajo mínimos a causa de tanto descalabro habido hasta localizar el problema, que el enfermo pretenda seguir con su ritmo de vida como si la cosa no fuese con él o ella según el caso; por eso cuando se habla de tener el dinero básico para el día siempre sale a relucir el tabaco, el café, o algún que otro vinito, cerveza, refresco o similar, sin pararse a ver si realmente se puede permitir tal gasto o no ya que lo realmente necesario son los gastos de comida, ropa y calzado, todos los relativos al hogar como hipotecas si las hubiere, luz, agua, gas…, etc. También son necesarios los gastos en desplazamientos al trabajo, escolares de haber niños y toda una serie de cosas que deben priorizarse antes que los caprichos personales mencionados anteriormente como tabaco, café y demás. Ya que se tiende a decir al familiar, “tú me das para mis cosas y con lo demás arréglate como puedas” eso sí, si las cuentas no salen a fin de mes, el enfermo ya no quiere saber nada, “es problema del familiar que para eso es quien lleva las cuentas y (quiere) controlar mi vida”. Por favor, seamos serios a la hora de adjudicar prioridades.
El familiar también debe tomarse las cosas en serio, si realmente pretende ayudar al enfermo. Actitudes permisivas “por no incomodar” al enfermo, tales como permitirle más dinero del necesario, la no presentación de tickets, o actos semejantes con la peregrina excusa de no poner en evidencia al “pobre” entre sus amigos, no debe ser aceptada, ya que poco o nada le importaba en su día ponerse en evidencia jugando en demasía delante de ellos, o invitar a quien fuese sin pararse a pensar si podía permitírselo o no.
Si algunas situaciones pueden hacérsele violentas al enfermo como por ejemplo pedir el ticket de un café cuando está con amigos, lo tiene fácil, que valore que prefiere, el café y el ticket o no tomar dicho café y evitarse la situación violenta de tener que pedirlo.

La vida esta compuesta por continuas decisiones y se debe aprender a tomar las más acordes con nuestra situación actual en cada momento, pretender quererlo todo como si de niños se tratara o de lo contrario tener una pataleta, desde luego no es el mejor camino para salir del problema, sino al contrario agranda el riesgo de sufrir tentaciones y por lo tanto aumenta las posibilidades de recaída.
Hasta pronto.

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